¿Cómo detectar las mentiras?
¿Quién no ha querido tener el “poder” de leer las mentes? Y en especial ¿Quién no quiere saber cuándo alguien nos está mintiendo?
Esto nació a consecuencia del interés suscitado
por la ciencia ficción, y se incrementó en el siglo veinte.
Esta idea es muy vieja.
Conociendo la verdad antigua
Existió métodos creados por
los hindúes antiguos y la iglesia medieval. Estos métodos fueron creados para conocer quien mentía. A las
personas que estaban siendo procesadas por falacia, se les indicaba que
mastiquen algunas sustancias y que después lo escupieran. Pobre del
que no podía escupirlo, ya que, indicaba la existencia de culpa o al menos eso pensaban los inquisidores. Años después, lo que se había
descubierto, era que, el temor da a lugar a la disminución de la secreción de
saliva, por consiguiente, a la dificultad de escupir lo viscoso. Psicológicamente escribiendo, la ansiedad influye en el sistema nervioso autónomo, que controla
la salivación. Ajá ¿Quién dijo que los antiguos no tenían buenos métodos?
El primer método mas sofisticado para detectar las mentiras es el polígrafo,
diseñado en la década de mil novecientos treinta, aunque hasta mediados de la década
de mil novecientos setenta no fue estudiado seriamente por los psicólogos, que por cierto rechazaron unánimemente su uso. Para que funcione realmente el proceso de
detectar mentiras, el detector debe cumplir
con ciertos criterios, te digo algunos: que este estandarizado, que dé puntuaciones
objetivas, criterios externos que digan que la maquina sabe diferencias de la
verdad y la mentira… (que cosa más rara).
¿Cómo funciona los polígrafos? Mide la actividad del sistema nervioso autónomo. Sensores por todo
el cuerpo, evalúa las modificaciones en la respiración (profundidad y
frecuencia) actividad cardíaca y en la sudoración. Los indicadores solo
muestran los cambios fisiológicos. Está claro que no detecta las mentiras sino
las modificaciones fisiológicas que son resultados de emociones concretas
(temor, culpa, rabia).
También hay fugas emocionales.
Se puede dar en una conversación.
Por ejemplo, cuando habla con alguien y se demora es responder, sus frecuencias
de pausas son muy altas.
Cuando las personas al narrar algo no utilizan: “yo, él
o ella”. También hay dudas o errores en el habla, lapsus linguae, uso excesivo
de carraspeo y cambios súbitos de velocidad en el habla.
También hay datos no verbales.
Por ejemplo, el constante
movimiento de la silla. Me refiero al movimiento constante y extraños con la
cabeza, las piernas, los pies y el tronco. También hay demasiado contacto con
la mirada. Micro expresiones de sorpresas, rabia entre otros...
En programación neurolingüística se puede identificar las mentiras
con los movimientos de los ojos. Antes de detectar la mentira con los ojos, se
debe hacer una previa calibración del estado de ánimo.
Ahora que sabes cómo detectar las mentiras, practícalo, y
cuando lo domines empieza a descubrir quién te miente.
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