El portero del prostibulo
No había en el pueblo peor trabajo que ser portero del prostíbulo. ¿Pero qué otra cosa podría hacer aquel hombre? El hecho es que nunca había aprendido como leer ni escribir, no tenía ninguna otra actividad u ocupación. Un día, entró como gerente del burdel un joven lleno de ideas, creativo y emprendedor, que decidió modernizar el lugar. Un día, entró como gerente del burdel un joven lleno de ideas, creativo y emprendedor, que decidió modernizar el lugar. Hizo cambios y llamó a los empleados para dar las nuevas instrucciones. Al portero le dijo: -A partir de hoy, usted, además de estar en la entrada, va a preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran y sus comentarios y quejas sobre los servicios. –Yo adoraría hacer eso, señor, balbuceó. - Pero no sé leer ni escribir. - ¡Ah! ¡Cuanto lo siento! Pero si es así, ya no puede seguir trabajando aquí. - Pero sr, no puede despedirme, he trabajado en esto mi vida entera, no sé hacer otra cosa. - Mire, lo en