Por estas 4 razones no debes ser "camiseta" en tu empresa, según un experto
En un
artículo que apareció en el portal América Economía, el profesor Felipe
Calderón, de la Universidad ESAN explica por qué los trabajadores no deben
involucrarse con la producción en sus empresas al punto del fanatismo.
"Ponerse la camiseta" es un pedido común en los centros de trabajo,
en pro de mejoras futuras para todos.
Pero esto
no sería adecuado según el experto. Él define esta práctica como una
"invocación manipulatoria para involucrarte emocionalmente con la
organización a fin de que le entregues más de tu tiempo y tus energías de las
que sanamente corresponden a tu rol laboral".
Permitir
que el trabajo absorba toda la atención y bloquee el desarrollo personal traerá
una reacción negativa. "Tu trabajo no es tu vida y no deberías permitir
que se convierta en tu yo", dice en la columna el profesor Calderón.
Sustenta
su posición en cuatro puntos clave que no solo tienen que ver con los
trabajadores, sino también con las empresas:
1. Mañana
podrían botarte del trabajo. Una decisión arbitraria de tus jefes, o de tus
superiores podría hacer que, a margen de tus sacrificios y entrega total por la
empresa en la que laboras, decidan prescindir de tus servicios. Los motivos
pueden ser diversos: reducción de costos, reasignación de presupuesto, que haya
un reajuste salarial o te saquen de planilla para no pagar beneficios. "Lo
único importante es que algún gerente, gracias a estos ahorros, logrará sus
metas y cobrará su bono actual, que es lo que de verdad importa", explica
Calderón.
2. Un
cambio de trabajo. Quizás la persona busque un rumbo mejor en otra empresa
gracias a su capacidad, pero no se puede llevar al nuevo empleo la camiseta de
la empresa anterior. Todo se queda en donde pertenece. "¿Qué harías
entonces con esa "camiseta" que ya la tienes tatuada en la
piel?", comentó.
3. El
empleado con la camiseta puesta no le sirve a su organización. El experto
considera que este es un peligro porque "un enamorado y fanatizado
incurrirá en todos los errores propios de los enamorados y fanáticos. Esto
puede llevar a la desaparición de la empresa". Y basa su agumento en un
libro de Alvesson y Spicer, The Stupidity Paradox.
4. Los
niveles altos piensan, los bajos basta que estén comprometidos. Asegura
Calderón que los trabajadores antes que ser excesivamente comprometidos deben
tener la mente despierta para proponer ideas. Propone que las gerencias
incentiven el modelo que explique y convenza a los trabajadores a quedarse
porque es conveniente para ellos y no solo por el compromiso.
*El texto
original fuente de este reporte pertenece a Luis Felipe Calderón, docente de
ESAN. Su artículo apareció originalmente en Conexión ESAN. (copiado textualmente de RPP)
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